¿Por qué los gatos maúllan más a los humanos que entre ellos?
Los gatos son famosos por sus vocalizaciones, pero ¿sabías que reservan sus maullidos sobre todo para los humanos? Este artículo explora la fascinante historia de esta peculiaridad de la comunicación felina.
De cazadores solitarios a compañeros de interior
Hace miles de años, los gatos eran criaturas solitarias que se comunicaban entre sí mediante el lenguaje corporal y los silbidos. Los gatitos, sin embargo, maullaban a sus madres en señal de hambre o necesidad.
Pero los gatitos maullaban a sus madres para indicarles que tenían hambre o que necesitaban algo. Los roedores, atraídos por estos asentamientos, se convirtieron en un sabroso tentempié para algunos felinos aventureros. Los gatos menos asustadizos prosperaron cerca de los humanos, beneficiándose de una fuente de alimento constante. Con el tiempo, estos audaces felinos forjaron un vínculo único con nosotros.
Autodomesticación frente a cría selectiva
A diferencia de los perros, criados para obtener rasgos específicos, los gatos se domesticaron a sí mismos. Los gatos más amistosos y comunicativos tenían una ventaja de supervivencia, lo que dio lugar a una población que se sentía cómoda conviviendo con los humanos.
El experimento del zorro ruso ejemplifica este concepto. Los zorros criados para ser más dóciles se volvieron más amigables e incluso desarrollaron cambios físicos parecidos a los perros. Esta rápida transformación pone de manifiesto el poder de la cría selectiva.
Los gatos, aunque menos transformados, muestran signos de domesticación. Tienen cerebros más pequeños y pelajes de colores más variados que sus antepasados salvajes.
El poder de un maullido
Al igual que los zorros, los gatos adaptaron sus maullidos para resonar con los humanos. Los bebés humanos dependen mucho de sus padres, lo que nos hace especialmente sensibles a las llamadas de socorro. Los gatos lo aprovechan adaptando sus maullidos.
Un estudio reveló que las personas perciben los «ronroneos de solicitud» (en busca de comida) como más urgentes que los ronroneos normales. Estos ronroneos contienen un grito agudo que despierta nuestros instintos de cariño.
Curiosamente, la comunicación es bidireccional. Utilizamos el «habla dirigida a la mascota» con un tono más agudo y un lenguaje más sencillo, como hacemos con los bebés. Investigaciones recientes sugieren que los gatos responden positivamente a esta forma de comunicación.
Una asociación perfecta
La evolución de los maullidos felinos y nuestra adopción del habla dirigida a las mascotas reflejan el vínculo madre-cachorro. Esta comunicación bidireccional pone de relieve la relación única entre humanos y gatos. Puede que los gatos hayan sido más listos que nosotros en este juego evolutivo, pero ¿quién puede resistirse a un buen maullido?