Por mucho tiempo se creyó que los perros solo veían en blanco y negro, pero estudios recientes revelan que sí pueden percibir algunos colores. Aunque su espectro de visión es limitado comparado con el nuestro, es importante entender cómo ven para mejorar su calidad de vida.
¿Los Perros Ven en Color o Solo en Blanco y Negro?
Si bien la investigación reciente sugiere que los perros pueden ver algunos colores, no es tan amplio como el espectro de color de la visión humana. Los perros tienen menos células fotorreceptoras que los humanos, lo que limita su percepción del color. A través de estudios de comportamiento, se ha demostrado que los perros perciben principalmente grises, azules y amarillos.
Esto explica por qué a veces tienen dificultad para encontrar juguetes en el césped. No pueden distinguir entre verdes, marrones y rojos, haciendo que estos colores se mezclen.
¿A Qué Color Se Sienten Más Atraídos los Perros?
Considerando su limitada percepción del color, los perros se sienten más atraídos por el amarillo y el azul. Estos colores resaltan más para ellos, lo que los hace ideales para juguetes y accesorios.
Es recomendable elegir juguetes para perros en estos colores, especialmente durante el entrenamiento, ya que les ayudarán a concentrarse mejor. Por ejemplo, los juguetes chillones BarkBox son una excelente opción.
¿Cómo es la Vista de un Perro?
Además de la limitación en la percepción del color, la agudeza visual de los perros es menor que la nuestra, aproximadamente entre el 20% y el 40%. Esto significa que los objetos a distancia pueden verse más borrosos para ellos.
Sin embargo, los perros tienen una excelente visión en la oscuridad y en condiciones de poca luz. Esta habilidad, heredada de sus ancestros salvajes, les permite detectar movimientos y percibir mejor su entorno en la oscuridad que nosotros.
¿Cómo Saber si Tu Perro Tiene Mala Vista?
Si te preocupa la vista de tu perro, hay algunas señales a las que debes prestar atención:
- Ojos nublados o cambios en el color de los ojos.
- Choques frecuentes con objetos como muebles o paredes.
- Cambios en el comportamiento, como nerviosismo o aprehensión.
- Pawing frecuente en los ojos o la cara.
Si observas alguna de estas señales, es importante consultar a un veterinario para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

